Para nadie es ajena la grave situación económica por la que están atravesando las finanzas públicas y la economía del país desde el año 2014, cuando los precios del petróleo se desplomaron y el modelo estatista del gobierno anterior hizo agua por los cuatro costados. Sin embargo, a pesar de que las cifras demuestran que los ingresos del gobierno son insuficientes para cubrir los gastos, lo que se traduce en grandes déficits que deben financiarse con más deuda, el candidato Arauz que representa al pasado del despilfarro, plantea con todo cinismo realizar un gasto descomunal desde la primera semana del gobierno, que por su magnitud es imposible financiar. En este sentido platea cinco programas:
Entregar $1.000 a un millón de familias, lo que costará un mil millones de dólares que según el candidato, será financiado con recursos provenientes del Presupuesto del Gobierno Central que no tiene recursos. Lo que significa que en vez de dólares físicos entregará dinero electrónico sin respaldo abriendo el camino hacia la desdolarización;
Gastar $3.000 millones en inversión pública con los Municipios y Prefecturas-GAD financiados por el Presupuesto General del Gobierno Central. Es decir sin plata;
Conceder crédito por $3.000 millones a través de las Cooperativas utilizando para el efecto los dineros que están depositados en el Banco Central. El candidato que dice ser economista, debe entender que esos dineros no son del Gobierno Central ni del Banco Central, pertenecen a los bancos y cooperativas que tienen que depositar parte de los depósitos del público en el Banco Central. Los otros depósitos pertenecen a los Municipios y Consejos Provinciales, a los institutos de seguridad social: IESS, ISSPOL, ISSFA, empresas públicas que de acuerdo a la ley deben depositar sus recursos en el Banco Central. Finalmente los dineros de la Cuenta Única del Ministerio de Finanzas, están depositados en el Banco Central. Es decir, el candidato propone tomar dineros que no le pertenecen al Gobierno, para dar crédito y dejar sin recursos líquidos al Banco Central, abriendo aún más la brecha de cobertura que deben tener los dólares que circulan en la economía. Otra vía rápida para desdolarizar la economía.
Realizar un copago de $1.000 millones en la nómina del sector privado. Ha quedado claro que no hay recursos para financiar esa propuesta.
Recontratar a funcionarios públicos por $475 millones, para dar empleo a sus partidarios con dinero que no existe inflando el rol de pagos del Gobierno.
En total, el candidato del pasado propone gastos por $8.475 millones en estos cinco programas sin tener los recursos para hacerlo, abusando de la desesperación en que se encuentran miles de familias como consecuencia de la crisis que la pandemia ha agravado, para conseguir su voto de manera irresponsable. Para que se tenga una idea de la magnitud de las propuestas, el monto de las mismas equivale al gasto de personal del sector público por un año y al déficit fiscal proyectado para el presente año.
Por lo tanto, el enunciado que usa el candidato de “Vuelve el Trabajo” debería ser sustituido por la frase de “Vuelve el Engaño”.
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